Por: César A. Cardoso Montoya
Sociólogo
Ch. 17-10-13
El clima político lambayecano está
teñido por un ambiente electoral, inspirado en dos tipos de discurso, uno
político y el otro vecinal. Los candidatos al gobierno regional buscan agigantar
su imagen electoral políticamente y los candidatos a los gobiernos locales
vecinalmente.
La semana pasada se produjo una confrontación
radial entre un candidato al gobierno regional y el Vice Presidente del Gobierno
Regional, dicho debate no fue nada novedoso porque giro en torno a la herencia
del gobierno regional anterior, caso Proyecto Olmos, terminal Puerto Eten,
avenida Chiclayo, y sobre lo que haya hecho el Gobierno Regional actual.
Se suma una segunda característica, el
desconocimiento del manejo de la gestión y la imprecisión en la cuantificación
de la sustentación sobre ejecuciones presupuestales, lo que significa poca
responsabilidad y quien recurre a la criollada en el debate es síntoma de pérdida
de vergüenza política, propio del envejecimiento político.
Son muchos los candidatos al Gobierno
Regional y a los gobiernos locales, pero son muy pocos los que generan opinión
política, a excepción de uno que cada vez que viene de fuera genera opinión
política, lo que significa que el resto de candidatos están en crisis.
Un candidato está en campaña desde el
primero de enero del 2011 y confía en volver a ganar las elecciones al Gobierno
Regional, al creer en la mercantilización del voto electoral, al pretender
buscar nuevamente reconocimiento político gracias a la monitorización de su campaña electoral y por
haber hecho de la organización política una empresa familiar y comercial donde
todo se decide verticalmente, al margen del debate de quienes agitan pasiones a
favor de dicha empresa.
Otra característica del ambiente
electoral tiene que ver con lo que publica un diario de circulación nacional y
regional referido a los sondeos de opinión electoral. Esta información adolece
de un conjunto de errores, además del falseamiento de la cuantificación de las
respuestas dadas por los opinantes.
Un primer sondeo debe estar referido al
reconocimiento de rostros electorales y los posteriores a las preferencias
electorales. Respecto a la identificación de candidatos gozan de mayor
reconocimiento quienes están en ejercicio de funciones, llámense Presidente del
Gobierno Regional u alcaldes y el resto de posibles candidatos no llegan al 5%
de la identificación del rostro electoral. Este bajo reconocimiento es
comprensible porque no están en campaña
electoral.
Quienes no creemos en la
instrumentalización de la razón del elector, buscamos más bien la humanización de
ésta, a fin de que sea su conciencia en base a su conocimiento y experiencia
quien decida por el mejor candidato al Gobierno Regional o por el mejor vecino
a la alcaldía distrital o provincial, en esto reside la importancia de los
sondeos de opinión electoral a fin de no manipular la voluntad del elector. En
este sentido actúan los profesionales de la Sociología al aplicar y analizar
verídicamente los resultados del trabajo de campo.
Culturalmente la sociedad ha transitado
por diferentes tipos de verdades, la verdad religiosa, la científica y
actualmente la verdad mercado. Cuando uno lee los resultados de ciertas
encuestadoras locales es indignante ver como las ciencias de la comunicación pierden
profesionalismo cuando se maniobra electoralmente con porcentajes reñidos con
la verdad. Lamentablemente frente al mercado electoral se impone una estrategia
de costo beneficio y por ende se sobreentiende que esas falsas ubicaciones de
preferencias electorales tienen precio.
En el Perú donde existe permisibilidad
política todo es posible, de ahí que la actividad política sea una actividad
mediocre porque la gran mayoría que lo ejercen son personajes que viven de la
política, como consecuencia no existe ningún tipo de respeto por la conciencia
electoral de los sufragantes y se les vende una falsa imagen de preferencias
electorales con el propósito de inducir su decisión electoral.
La tramposería de este tipo de
comunicación no queda ahí, sino luego viene la justificación del transfuguismo,
pues cuando estos postizos candidatos ganan las elecciones y cambian de opción
política burlándose de la pureza del voto del elector nadie defiende a éste. A
propósito en el Perú no existe una ley que defienda la conciencia electoral
ciudadana.
Cuando en el Perú se lleve a cabo una
reestructuración del Estado y busque su
universalidad a través de la representación de todos deberá preocuparse por reivindicar
la conciencia electoral de la sociedad civil, de modo tal que se supere la
crisis de los partidos políticos y de los lideres y se vuelva creíble la
política como medio del desarrollo humano.
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